
La juventud española no se siente reconocida en los medios de comunicación
Juventud y Educacion |
(ABC) Los jóvenes españoles consideran que en los medios de comunicación se habla de ellos, «pero sin conocernos, sin utilizarnos como fuente», que se ofrece una imagen de la juventud simplificada, con estereotipos, enfatizando fundamentalmente las informaciones negativas y generalizando datos que se adjudican a la juventud como a un ente.
Estas son algunas de las conclusiones que se pusieron ayer sobre la mesa de debate en la jornada «Jóvenes y medios de comunicación: El desafío de tener que entenderse», organizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado e independiente creado por la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción). Uno de los objetivos de esta sesión es realizar una llamada de atención a la sociedad en un intento de que los jóvenes y los medios de comunicación puedan llegar a un buen entendimiento, un punto de encuentro que se define como necesario. En primer lugar porque los medios necesitan conectar con este sector de la población, al que están perdiendo con las habituales estrategias que están llevando a cabo, y porque a los propios jóvenes, estén de acuerdo o no, los medios de comunicación les sirven de instrumento de información, orientación, de cohesión social, etc.
Es importante destacar que la juventud valora a los medios de comunicación por encima de otras instituciones como los partidos políticos o la judicatura, pero se quejan de la falta de sintonía de los contenidos de la prensa con sus intereses y preocupaciones. Según un estudio de la FAD, en un ránking de confianza en las instituciones, los jóvenes ponen a los medios un 5,5 en una escala de 0 a 10. Por encima se sitúan los de internet y, por debajo, los medios tradicionales. Es decir, los jóvenes recelan de los medios menos que otras instituciones, pero los colocan en el límite entre la confianza y la desconfianza porque sienten que no les llega lo que se les comunica.
Por este motivo, Eugenio Megías, director técnico de la FAD y del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, asegura que es imprescindible plantear estrategias. «Los propios medios no acaban de encontrar fórmulas, ni un lenguaje claro para crear un espacio de comunicación que les genere fiablilidad. No se trata tanto de ver lo que se comunica, sino de descubrir cómo decirlo y porqué los mensajes no llegan a la juventud. Pero, ¿por dónde empezar?
Eusebio Megías aboga por crear un ámbito de reflexión para ver si hay posibilidad de cambiar la actual relación entre ambas partes y, de esta manera, crear un protocolo orientador.
También hizo especial hincapié en diferenciar las estrategias que se emplean para llegar a la sociedad adulta de aquellas utilizadas para alcanzar a los jóvenes.
Como prioridad se señaló la necesidad de acudir a los propios jóvenes como fuentes de información, ya que se trata de un colectivo muy no organizado y muy heterogéneo. «La juventud como un ente estático, como un todo, no existe. Los jóvenes son plurales y diferentes entre sí», señaló en su intervención Elena Rodríguez, de Sociológica Tres.
En el transcurso de la jornada se destacó, además, que la transformación de los medios de comunicación, la llegada de internet y las redes sociales requieren que los expertos se adapten a las nuevas dimensiones comunicativas en cuanto al tratamiento de la juventud. «Un cambio que quizá no siempre responda a las expectativas deaudiencias que se plantean algunos medios como objetivos inmediatos».
Como conclusión, Eugenio Megías, destacó que el papel de los medios de comunicación sobre la juventud es crucial, puesto que puede modificar conductas. «Si, por ejemplo, –explica– en un titular se dice que la juventud dedica su ocio a consumir cannabis, los jóvenes, aun no consumiendo, se sienten presionados a hacerlo cuando están en grupo porque, de otra manera, se pueden sentir excluidos en sus relaciones sociales. Esto es una realidad muy preocupante».