Razones para ir a la VI Marcha por la Vida

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Como ya sabrás, el próximo domingo 15 de noviembre a las 12.00 en muchas ciudades españolas va a tener lugar la VI Marcha por la Vida (en Madrid será desde Guzmán el Bueno hasta Isaac Peral, frente al Tribunal Constitucional).

El Instituto de Política Familiar (IPF) va a participar activamente. Son numerosas las razones para apoyar activamente esta manifestación y salir a la calle.

 

Y es que hay muchas formas de hacer daño a los seres humanos y ninguna de ellas puede justificarse. Pero algunas formas son especialmente aborrecibles porque abusan de la indefensión en la que se encuentran las personas afectadas. Y este es el caso del aborto provocado: por más eufemismos que se quieran utilizar, es acabar con la vida de un ser humano antes de su nacimiento, cuando mayor es su debilidad.

La explosión del número de abortos en España es una trágica realidad. Las cifran hablan por sí solas. Son ya más de 108.000 abortos anuales  y desde 1985, año que se legalizó el aborto en España, 2 millones de niños han “dejado” de nacer por el aborto, lo constatan.

 

El que uno de cada 5 embarazos que se producen termine en aborto, que se utilice como un método anticonceptivo más, que cada 5 minutos se produzca un aborto y cada día 300 niños dejen de nacer, haciendo que España sea, junto a Reino Unido y Francia, el país de la UE con mayor número de abortos, han convertido al aborto en la principal causa de mortalidad en España, muy por encima de cualquier otra: accidentes de tráfico, drogas, homicidios, cáncer, etc.

 

Y es que, además, ninguna Administración ha hecho nada significativo para remediar esta aberración; al revés. Desde la llegada del PP al poder en noviembre del 2011, se han producido hasta ahora más de 400.000 abortos. Asimismo, y  terminada ya la legislatura, el gobierno del PP ha incumplido de manera incomprensible y torpe una de sus promesas electorales al no haber derogado ni reformado la ley del aborto salvo en un aspecto menor.

Pero no sólo deben preocuparnos esas escalofriantes cifras de niños injustamente privados de su derecho a la vida. Esas estadísticas no pueden alcanzar a reflejar  las  tragedias personales, familiares y sociales que hay detrás de cada mujer que aborta. Ante ellas  no es legítimo seguir pasivos. Cada niño que no nace por el aborto es un fracaso de una sociedad que, siguiendo la política del avestruz, se ha inhibido ante este verdadero drama del siglo XXI.

Es un deber de la sociedad el defender la vida de los indefensos y reclamar a nuestros gobernantes que la protejan, y más cuando estaremos a poco más de un mes de unas elecciones generales de enorme trascendencia. Los políticos tienen que elegir entre la cultura de la Vida o la cultura de la Muerte. Y depende de nosotros, de cuántos seamos en la calle, para que ellos tomen un camino u otro.

 

Se trata de un reto prioritario. Hay que conseguir que ningún niño se vea privado del derecho fundamental que es el derecho a la vida.

Es necesario realizar una apuesta decidida por la vida. Seguir insistiendo en políticas anticonceptivas destructivas o realizar pequeños maquillajes en las leyes, no es, por tanto, la solución.

La vida de un solo niño bien vale salir a la calle. La vida de un solo niño bien vale este esfuerzo. Y eso significa trabajar por el aborto cero.

 Por eso el Instituto de Política Familiar estará presente el próximo 15 de noviembre la VI Marcha por la Vida. Te esperamos